Fundación Casa de México en España, en su misión de mostrar y dar a conocer las tradiciones de México, celebra la séptima edición de su conocido altar de muertos con un diseño de Eugenio Caballero, reconocido director artístico, ganador de un Óscar.
La casa estará intervenida desde la fachada hasta la segunda planta, pasando por las escaleras y los pasillos. El diseño del altar y la intervención del resto de los espacios está basado en el viaje que hacen los difuntos para llegar, es decir, el recorrido del mundo de los muertos al mundo de los vivos y viceversa.
La pieza central del altar es un diseño de 30 metros cuadrados de Maru Calva inspirados en los dibujos del maestro artesano Javier Martínez Pedro que sugiere el camino que se inicia con la muerte y trae a los difuntos de regreso a la vida simbolizado en la ofrenda.
La dualidad es un concepto presente a lo largo de todo el recorrido que hace referencia a la forma en la que las culturas prehispánicas entendían la vida y la muerte: el día y la noche, la luna y el sol, el cielo y el inframundo, que se reflejan en los diferentes espacios escenográficos.
La dualidad de la vida y la muerte está representada en la fachada principal con 40 flores de cempasúchil tejidas en la técnica de las sillas Acapulco. La flor de cempasúchil simboliza el día de muertos en México, gracias a su color y aroma es uno de los elementos más representativos de las ofrendas. El color encendido de esta flor ilumina el camino y el aroma guía a las almas hacia el altar. La fachada se complementa con 9 calaveras monumentales que emulan la técnica del barro bruñido.