Retrato de Alicia Galant

Retrato de Alicia Galant

Audio en español

Tras el accidente de 1925, Frida Kahlo se vio obligada a pasar largas temporadas postrada en su cama. Su madre, en un afán de buscar una distracción que le hiciera tolerable la convalecencia, le proporcionó un caballete portátil y un estuche de pinturas, con las que comenzó a realizar dibujos y retratos de personas cercanas a ella. Uno de los primeros retratos que Frida realizó fue el de Alicia Galant, una de sus amigas y vecinas de Coyoacán. 

Frida la pintó en el interior de una habitación, sentada en un sillón, totalmente erguida. Esta pose estilizada recuerda los cuadros de Sandro Boticelli, que tanto le gustaban, y que eran su referencia artística más cercana. En el retrato predominan los colores y tonos oscuros, por lo que es difícil visualizar donde acaba el espacio interno y donde comienza el externo. La luz en la pintura proviene del rostro de la modelo, cuya mirada elude al espectador.  A través de una ventana -que no vemos- se observa un paisaje nocturno, en el que la joven pintora incluyó vegetación y dos estrellas en el firmamento.

Seguramente una vez terminada la pintura fue del agrado de su creadora, en tal medida que decidió anotar en el anverso de la misma una leyenda que le permite asumirse como pintora: “Mi primera obra de arte, Frida Kahlo 1927”.

Audio en inglés

Following her accident in 1925, Frida Kahlo had to spend long periods in bed. In an attempt to find a distraction, which would make her convalescence more bearable, Frida’s mother gave her a box of paints and a portable easel. Frida began making portraits and drawings of the people close to her. One of the first portraits she did was that of Alicia Galant, a friend who lived nearby in Coyoacán.

Frida painted her in an interior setting, seated bolt upright on a chair. This stylized pose recalls the works of Sandro Botticelli, which were among Frida’s favorites and constituted her nearest artistic reference. Dark colors and tones predominate in the portrait, making it difficult to determine where the internal space ends and the external one begins. The light in the portrait emanates from the face of the subject, who turns her gaze away from the viewer. Through an invisible window we see a nocturnal landscape in which the young painter placed vegetation and two stars in the sky.

The painting must have pleased its creator, because she decided to add an inscription on the back with which she acknowledges herself as an artist: “My first work of art, Frida Kahlo 1927.”

Material documental propiedad del Museo Dolores Olmedo, realizado por Josefina García.

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