Árboles de la Vida

Metepec es un municipio cercano a la ciudad de Toluca, capital del Estado de México. Célebre por una de las artesanías en barro más populares y conocidas del país. Los árboles de la vida, cuya tradición se remonta a mediados del siglo XX. Entre sus principales artífices se cuenta a la familia Soteno, mientras que al maestro Timoteo González se le atribuye su invención.

Estas impresionantes piezas originalmente representaban la creación del mundo, de acuerdo con el Antiguo Testamento. Por ello, las figuras de Adán y Eva en el Jardín del Edén siempre estaban presentes.

Antiguamente estas piezas aludían al mito del árbol de la creación, que es común en muchas religiones del mundo.

Sin embargo, sus creadores han sumado otras escenas muy populares del catolicismo. Óscar Martín Soteno Elías, en sus Árboles de la Vida, modela episodios de la vida de Jesús como la anunciación a la Virgen María (curiosamente representada en la huida a Egipto) junto a la natividad y la visita de los Reyes Magos.

Los artesanos de árboles de la vida actualmente han renovado sus motivos, incorporando escenas y temas no necesariamente derivados de los textos bíblicos, como es el caso de las otras piezas firmadas por Óscar Soteno: Una Ofrenda a la virgen de Guadalupe y otro árbol de gran factura y riqueza dedicado a un extenso repertorio de danzas populares mexicanas.

Otro poblado relacionado con esta tradición es Izúcar de Matamoros, en el Estado de Puebla. A diferencia de Metepec, en donde el barro se pinta con engobes y en algunos casos con pintura vinílica color terracota, en esta localidad la policromía es abundante y los motivos ornamentales aún mantienen sus formas tradicionales.

Los colores brillantes y el acabado esmaltado, típico de esta tradición alfarera, lo podemos ver en el llamado «Árbol de Homenaje al Mole», de Alfonso Castillo Orta. En esta pieza el protagonista es este exquisito platillo poblano, junto con sus ingredientes y los utensilios tradicionales para su elaboración.

La riqueza en los detalles, la minuciosidad en su elaboración y la elocuencia e innovación de las escenas ajustadas a la composición arbórea, hacen de los árboles de la vida piezas únicas en el rico universo de las artesanías en barro mexicanas.

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