Frida decía que sus cuadros representaban la expresión más franca de sí misma; en su obra quedó plasmado su espíritu transgresor, su capacidad para estar consigo misma, para observarse y pintar de una manera a veces cruda, a veces con un negro sentido del humor, las ideas que pasaban por su mente, sus sueños y las sensaciones que circulaban por su cuerpo.
Su tremendo dolor físico y psicológico fue expresado magistralmente en su obra. Su autoimagen persistente revela una preocupación por la franqueza y la emoción, lo que da como resultado formas y expresiones vívidas y únicas de su vida interior. A través de esta exposición, Fundación Casa de México en España brinda la oportunidad de conocer a mayor profundidad a esta gran artista mexicana que fue pionera en la forma de afrontar las circunstancias de la vida y que aborda en sus obras una diversidad de temas que siguen vigentes: el dolor y la muerte, la reivindicación de la mujer, la violencia de género, la introspección, las complejas relaciones de pareja y la lucha por ser madre, la relación entre el cuerpo humano y la naturaleza, la herencia prehispánica, lo mexicano y la mexicanidad. Rompió muchos de los paradigmas artísticos en su momento para convertirse en una figura icónica que ha dejado una impronta imborrable en el arte universal.