La columna rota

La columna rota

Audio en español

La columna rota fue pintado poco tiempo después de que Frida fuera sometida a una intervención quirúrgica en la columna vertebral. La operación la dejó postrada en cama y “encerrada” en un corsé metálico, que le ayudaba a mitigar los dolores tan fuertes y constantes que experimentaba.  

Frida está de pie, en medio de un paisaje totalmente árido y agrietado. Su torso está rodeado por esos cinturones de metal forrados con tela, que le daban presión y soporte a su espalda. Éstos le ayudan a evitar que su cuerpo termine en ese derrumbamiento, que se anuncia justo en el centro de su pecho. Su columna vertebral ha sido sustituida por una columna jónica, totalmente fracturada, a punto de caer, cuyo capitel sostiene el rostro de Frida, el cual, aunque está bañado en lágrimas, no refleja ningún gesto de dolor. Así era como ella siempre se mostraba ante la vida, firme y desafiante al espectador. Los clavos, a lo largo de su cuerpo, son símbolo del dolor constante al que se enfrentaba. Los más grandes, situados en la columna, marcan el daño provocado por el accidente de 1925, en tanto que los que se encuentran en el seno izquierdo se refieren más a un dolor emocional, a su sentimiento de soledad. Alguna vez, al ser cuestionada del por qué se autorretrataba tanto, ella contestó que era porque siempre estaba sola y porque era lo que mejor conocía.

Audio en inglés

The Broken Column was painted shortly after Frida had undergone surgery on her spinal column. The operation left her bedridden and “locked” in a metallic corset, which helped to alleviate the intense, and constant pain, she was in.

In the painting she is depicted standing in the middle of a completely arid, cracked landscape. Her torso is wrapped in metal belts lined with fabric that provide pressure and support for her back. They help to prevent her body from the breakdown revealed right in the middle of her chest. A completely fractured Ionic column on the verge of collapse has replaced her spinal column. Frida’s head rests on the capital. Although her face is bathed in tears, it reflects no sign of pain. That is how she always presented herself to life: strong and defiant to the viewer. The nails piercing her body are a symbol of the constant pain she faced. The largest ones, along the column, mark the damage caused by the accident in 1925, while those clinging on her left breast refer moreover to an emotional pain, to her sense of solitude. When asked once why she so often portrayed herself, Frida replied that it was because she was always alone and whom she best knew.

Material documental propiedad del Museo Dolores Olmedo, realizado por Josefina García.

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